TEXCOCO, México.- (Texcoco Press).- El 22 de octubre de 1810 en el poblado de Acámbaro en Guanajuato, el Cura Miguel Hidalgo y Costilla, fue nombrado Generalísimo de las Américas tras la instalación del Cuartel General del Ejército de América, donde Ignacio Allende, realizó el nombramiento para después recibir del propio Hidalgo el grado de General del Ejército Insurgente Libertador; con ello buscaban hacer más grande y fuerte la lucha por la independencia que se había gestado con los conspiradores que ahora obtenían altos grados militares.
El nombramiento de Generalísimo fue creciendo con el paso del tiempo durante diferentes luchas armadas, con ello denotaban un grado militar por arriba del gran almirante y también se aplicaba a un oficial militar que tomaba el poder a través de un golpe de Estado; en América del Sur durante los años de lucha por la independencia, la palabra generalísimo, tenía como significado un título honorífico, semejante a un vencedor de batallas, tal cual es el caso de Miguel Hidalgo, el primero en obtenerlo en el país, grado que también obtuvo José María y Morelos y por último Agustín de Iturbide.
En Acámbaro, lugar de magueyes según la lengua tarasca, cada año recrean el nombramiento del Cura Hidalgo y también es un evento conmemorado por las autoridades en las tres órdenes de gobierno; con ello se busca resaltar los pasos que llevaron los insurgentes para avanzar en la lucha por la Independencia de México, pues más allá de iniciar el movimiento, unir a la gente y hacerla partícipe del movimiento que buscaba la libertad de una nación creciente, hacía falta la conformación de un ejército capaz de respetar jerarquías, dividir el trabajo y avanza en todo el territorio nacional.
Con el nombramiento, Miguel Hidalgo que hablaba francés, náhuatl, tarasco, italiano, entre otras lenguas, se convirtió en la máxima autoridad militar y civil del Ejército Libertador; aquel día los integrantes vistieron de azul y estrenaron uniforme de acuerdo a su nuevo rango, por ejemplo el del Cura Hidalgo, era casaca de color azul, con collarín, vueltas y solapas de color rojo con bordados de hilos de oro y plata y un tahalí de terciopelo negro también bordado. En el pecho llevaba una medalla grande de oro con la imagen de la virgen de Guadalupe.
Tras el nombramiento y la organización oficial de ejército, se llevó a cabo una misa en la Parroquia de San Francisco que sirvió para dar gracias por lo que estaban luchando y después, Hidalgo y sus generales, pasaron revista a sus tropas de batallones con mil hombres.
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